Cuando él alzó la cabeza, tuvo la suerte de ver la cola de una estrella fugaz que pasaba sobre sus cabezas. Al volver a fijar la vista en Ronnie, supo por su expresión que la chica también la había visto.
—¿Qué le has pedido? —preguntó ella, con una voz suave como un susurro.
Pero él no pudo contestar. En vez de eso, alzó la mano y deslizó la otra alrededor de su cintura. La miró a los ojos con la certeza de que se estaba enamorando. La atrajo hacia sí y la besó bajo el manto de estrellas, y se sintió afortunado por haberla encontrado.
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